Parece un hecho inminente que Ana de Armas ganará en esta ocasión un Premio Oscar. Otaola, que sin duda ha perdido el sentido del ridículo, le dice a la actriz cubana:
—Por favor, amor, ¿podrías tú utilizar un poquito de tu influencia, un poquito, y denunciar lo que está pasando dentro de Cuba?
Ana le contesta al bufón:
—Acepto, pero con una condición, soy mala para gritar slogans, por tanto, envíame una grabación tuya cuando tenías ante tí los micrófonos de Radio Progreso, justo en el momento que gritaste: ¡Libertad para el Pueblo de Cuba! y ¡Abajo la Dictadura! Siempre me ha gustado aprender de los maestros y tú, sin dudas, eres un ejemplo de Valentía y Rebeldía Nacional. Espero la grabación para comenzar a ensayar.»
Desde luego, estas cosas pasan cuando sufres de esquizofrenia y no logras distinguir entre el arte y la farándula.